Presionaban con caricias, sus espinas y sus males.
Me habían prohibido verte, incluso estar... allí a tu lado.
Cadenas suaves, eran ellas, hechas de rosas tan letales,
Que me quemaban y se expandían, reforzando un gris candado.
Tierno, sonríe, aquel segundo, de amor y duda, pensativo.
Ese día, aquella tarde, esta noche, ¿Cómo estuvo?
Hablar contigo y dejar sonrisas. Hablar contigo y sentirme vivo.
No quiero nada; no intento nada. Tú, mí escalera, a peldaños subo.
***
Quiero que busques una palabra.
Pues no he agradecido, como yo suelo.
Arriba espera, y dejad que abra.
Escribo antes que emprendas vuelo.
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[Sólo es y sin sombra .Sólo uno dicen, sólo uno, y así comienza la cosa.] |
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