Mi pensamiento dicho y hediondo,
De ideas pálidas sin sentido, que careces...
Se lleva mi alma. Bendita tu calma...
De arneses que cuelgan de tu deseo pendiente.
Arrastra y sofoca, cual su distancia,
Un camino a tu boca, y a mi elegancia.
El sollozo sin par de una esquina,
Que tiene tu nombre.
Que tiene tu nombre.
Ocultóse tan de prisa que aquellas imágenes,
Aquellos fragmentos...
En desdicha, se plagan de cientos...
Huyendo de miles.
Contemplo...
Detalles en mano,
Bolsas de rubíes,
Joyas en vano,
Y sonrisas miles.
-
Mancillar mi cordura,
o chochear por tu irrelevancia,
que tanto me importa.
-
Mancillar mi cordura,
o chochear por tu irrelevancia,
que tanto me importa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario